Posteado por: Marisa | 03/08/2013

UN POCO DE HISTORIA

Hace ya algunos años, decidí recopilar, en un álbum, datos del origen y construcción de «MI CASITA AZUL» así como de todos los regalos y compras que  iba adquiriendo, y como introducción escribí:

Cuando, en la Navidad de 1997, llegó el momento de los regalos, mi marido, José Luis, me sorprendió con una caja enorme.

Era la Casa Boston de Artesanía Latina, en kit.

Abrí la caja y me horroricé de cuantos listones, tableros y otros materiales vi allí.

Cansada, como estaba, de todos los preparativos que supone organizar la cena de Nochebuena y sin tener mucha idea o, mejor dicho, ninguna, sobre marquetería, me pareció que aquello era una locura.

Pero nunca podía haber imaginado que aquel regalo me iba a proporcionar tantos momentos de satisfacción e incluso me iba a introducir en un mundo desconocido para mí, el mundo de las miniaturas y sus artesanos. Por todo esto doy las gracias, especialmente, y porque quizás no lo hice lo suficiente, en aquella Navidad, a mi marido José Luis.

También quiero dar las gracias a los que han compartido conmigo y siguen compartiendo, cada momento de la construcción de la casita y de la adquisición de nuevos muebles, objetos etc., todos ellos comprados o regalados; de casi todos escribiré la persona que me lo regaló o, en su caso, el lugar dónde lo adquirí, así como el nombre de su artesano.

Entre ellos destacar a mi hermana Aurelia, que ha seguido el proceso con el mismo entusiasmo que yo o más, haciendo tanta publicidad de la casa que muchos quieren venir a conocerla.

De pequeñas vivimos la experiencia de tener unos vecinos que tenían una casita de muñecas, pero sólo podíamos verla en ocasiones muy esporádicas, cuando la abuela, que era la dueña, nos la dejaba ver; aunque siempre con un banco de por medio para que no la tocásemos. Intento recordar detalles, pero la memoria no me los da, sólo recuerdo lo impresionadas que nos quedábamos las dos.

También quiero agradecer, a mi hija Silvia, su paciente visita a cada novedad. Sé que de momento no se entusiasma demasiado, pero seguro que con el tiempo será la mejor candidata a heredarla.

A mi sobrina Marián, que en todos los viajes que ha hecho se ha acordado siempre de mí y de mi casita, mostrando el mismo entusiasmo y admiración que su madre.

A mis amigas Francis, Geni, su hermana Lali y Ana Mª, de todas tengo recuerdos en la casita, unos traídos desde Londres y otros de toda la geografía de España. Todos los años he tenido una sorpresa agradable de parte de Ana, aunque todavía me debe un cuadro al óleo, que me prometió, pintado por ella. A mis compañeros del «cole», que sin entender mucho esta aficción mía, siempre me han preguntado por ella. 

A Carmen Alcina que fue cómplice del regalo, porque ella había hecho una igual y ayudó a José Luis en la elección; luego me ha orientado, dándome ídeas a la hora de la construcción.

También a Fernando López, mi cuñado, en su especialidad de herramientas y cómo tenerlas en buen estado.

A Nando y María que se acordaron de mí en Viena, nada más ni nada menos que en el Palacio Imperial.

Y en un punto y aparte, pero por lo especial, quiero hacerle un homenaje a mi madre, poniéndole su nombre. La casa se llamará «VILLA ANGELITA». Aunque no pudo disfrutarla mucho, algún domingo la senté delante, le abrí las puertas y al encenderle las luces, su cara se transformaba de sorpresa.

Ahora, comenzando el año 2006, todavía no está terminada, pero en el fondo no quiero hacerlo para poder seguir sintiendo el entusiasmo de cada cosa que empiezo a ponerle nueva.

La Casa Boston vino acompañada con este ofrecimiento de ayuda.img768

Desde que escribí estas líneas han pasado más de 7 años, así que hay muchos amigos y miembros nuevos de mi familia, que entonces no nombré, y que se han ido incorporando a vivir conmigo momentos de mi afición por el mundo de las miniaturas, a ellos también les doy las gracias. Sobretodo a los que me han acompañado en las últimas visitas a las Ferias de Madrid y Fuengirola: Chari, Celso y Fernando de Souza

Siempre recordaré, especialmente, las Ferias de Miniaturas de Tom Bishop de los años 2009 y 2010. En las dos estuvo ella, Leonor ¡Cuánto disfrutó!

Y gracias mil a Juanma, mi vecino del cole, por enseñarme con suma paciencia cómo hacer un blog. Sé que este es muy básico, sobretodo cuando visito otros, hechos por artesanos de las miniaturas; pero yo estoy contenta con él y espero ir mejorándolo con el tiempo.


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